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1 de diciembre de 2008

El motor rotativo a hidrógeno de Mazda

En lugar de incursionar con vehículos híbridos la marca japonesa prefiere el desarrollo de propulsores con combustibles alternativos y de bajo consumo. De esta manera está probando una versión del RX-8 que puede usar hidrógeno o nafta convencional.

Aunque no se descarta que Mazda tenga proyectos de prototipos híbridos, parece que está más interesado en reducir el nivel de dióxido de carbono de sus modelos con el desarrollo de motores de bajo consumo, el ahorro de peso y el uso de combustibles alternativos.
De esta manera empezó con las pruebas en Noruega del proyecto “Hydrogen Road of Norway”, donde un RX-8 fue equipado con un motor clásico Wankel rotativo que utiliza hidrógeno como combustible. Se trata de un programa nacional que tiene como objetivo constituir el transporte ecológico.

El RX-8 Hydrogen RE tiene un propulsor de 1,3 litros que puede utilizar hidrógeno o nafta convencional y desarrollar entre 192 ó 231 CV, dependiendo del tipo de combustible que use. Mazda tiene como fin lanzar al mercado, en aproximadamente cinco años, un modelo que tenga un motor rotativo de inyección directa de hidrógeno.
La ventajas de esta clase de propulsor rotativo sobre los convencionales en el uso de hidrógeno son varias ya que la zona de admisión está siempre fría y reduce las posibilidades de una explosión de gas y que, gracias a su configuración, son capaces de utilizar el combustible con mayor eficacia.

El RX-8 convencional es el sucesor del RX-7 y equipa un motor Wankel rotativo de 2,6 litros que eroga 210 y 232 CV y se acopla una transmisión manual de seis marchas o automática de cuatro.


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